A Patricia la conocí en el metro un día en que Madrid parecía la ciudad fantasma. La atracción es mutua y follamos en un vagón vacío de gente en el transcurso que va de una estación a otra. Es un torbellino de mujer, muy temperamental y pasional, todo un carácter. En el vídeo la vemos marcándose un baile la mar de sexy. Es una mujer felina que araña la espalda de su amante para dejarlo marcado. Y en la mía conservo alguna costra consecuencia de ese encuentro tan fortuito como furtivo.
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