Esta chica quiere servir a Dios y antes de que entre en el
convento la convenzo para que enseñe su
cuerpo mortal en este vídeo. El día antes de entregar su alma Cristo nos vemos
y le digo que tiene que probar los
placeres carnales antes de ir a vivir para siempre a un convento de clausura.
Poco a poco la voy calentando y acaba como una estufa ardiendo accediendo a mis
pretensiones. Yo voy directo al grano y
me dice que es virgen. Yo la digo que voy a ser como el Espíritu Santo para
suavizar la situación y la desvirgo sin contemplaciones.
Al principio opone cierta resistencia, le duele mucho cuando le rompo el himen
y sangra. A mí me da igual y continuo dándole duro hasta que los gritos de
dolor y las lágrimas acaban transformándose en gemidos de placer y risas.
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