Se llama Zaira, acaba de cumplir los veinte años, y trabaja como dependienta en un locutorio de hindúes de mi barrio al que suelo ir y del que soy cliente habitual para conectarme a Internet y llamar por teléfono. Ella se da cuenta que estoy posteando videos de mis follamigas y se pone muy caliente, y cuando cierra a eso de las dos de la mañana echa el candado y follamos. Ella sabe que soy un enamorado de la mujer exótica y que cada vez que termine de subir vídeos a mi Blog voy a tener premio.
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