Es mi último ligue y la conocí en los Carnavales del Círculo
de Bellas Artes. Me la follé en pleno baile de disfraces y su cara estaba
cubierta con una máscara. La invité a subir a mi casa y cuando le quité la
máscara apareció el rostro de una mujer bellisíma,
enigmática y hechicera, tan delicada y mágica que toda ella parece de
porcelana. No me ha querido decir su edad ni a que se dedica ni como se llama.
La única verdad es su coño.
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